Un barco a la mitad del océano. En su cubierta conviven sonidos, experiencias y emociones como fantasmas de un pasado nebuloso. Piratas. Su maquinaria sonora le permite avanzar entre la niebla espesa. Dentro, los tripulantes se pasean sin saber que están ahí: Elliott Smith, Bob Dylan, Violent Femmes, Rockdrigo González, Jaime López, Trolebús y de capitán, por supuesto Steve Zissou. Belafonte Sensacional es un nombre que poco a poco ha adquirido fuerza como un robusto referente del rock/folk chilango hecho en la actualidad; un heredero genuino de la tradición de Los Rupestres, La Lengua, Jaime López o, ahora, Juan Cicerol. La música de Belafonte Sensacional hace que cualquiera que lo escuche, retome las esperanzas en un rock sencillo y directo, y que devuelve frescura a la expresión poética urbana. Las letras de las canciones son las protagonistas, la música el colchón donde descansan las palabras de Israel.

Israel Ramírez es la mente maestra detrás de Belafonte Sensacional, encargado de tocar la guitarra, la voz principal, crear los conceptos de las rolas y escribir todas las letras. El resto de la banda consiste en: Jerez Dulce en la voz, el ukulele, cuatro venezolano y toys; Julio Maldad, en la guitarra eléctrica y el xilófono; Israel “Miroux” en el bajo; Cristóbal Martínez en la batería; El Ale Guerrero, harmónica y cuica; Mabel Jiménez, clarinete y jarana; Emmanuel García en la trompeta; y Nestor Varela en el trombón. Belafonte lanzó un EP en el 2009, conviven el cual se dio a conocer, Le Petit Riot. Seis temas grabados en la sala de su casa. Sencillo, casero y orgánico. En 2014, Belafonte Sensacional finalmente lanzó con Discos Cuchillo lo que oficialmente es su álbum debut: Gazapo, cuyo nombre está basado en la novela homónima del escritor mexicano Gustavo Sainz. Lo de Belafonte es un pequeño desmadre, el error como elemento estético, lo espontáneo e irrepetible como bandera del mástil. En su propuesta conviven por igual el folk con el punk y el pop, el shoegaze con lo rupestre, lo rudo y lo cursi.